Sonido forma parte de una serie de trabajos en los que el coreógrafo Carmelo Salazar investiga, a través de la exposición conjunta de varias proyecciones, la posibilidad de una escritura coreográfíca más allá del cuerpo. Iniciado en el 2004, Sonido es una instalación para vídeo cámaras en la que se muestran simultáneamente cinco ediciones interdependientes, exponiendo la multiplicidad de planos y las probabilidades de cambio contenidas en un mismo tema o conjunto de movimientos.