Olga Mesa ha construido este solo a partir de una escucha íntima y personal, abandonando su cuerpo a una práctica de impulsos y apetencias. Un tango-poema inventado, arraigado en la memoria de su abuelo Antón el Argentino, extensible a una memoria colectiva de historias fragmentadas. A ciegas quizá porque su mirada quiere situarse de nuevo en su cuerpo a través de una práctica intuitiva (no) visible y comprometida con el espacio escénico. Así continúa buscando con cierta obsesión pasajes en transición, suspendidos, abandonados, en donde situar el cuerpo como intervalo incierto de lo posible. Nos propone una nueva presencia indirecta y autónoma a la mirada del espectador, construyendo alrededor de los espacios sonoros y visuales de la obra un sistema emergente de códigos secretos.
En la 'danza a ciegas' de Olga Mesa, es el tacto imaginario el único sentido que permite un vínculo directo entre el espectador y el artista.
José A. Sánchez
Olga Mesa presenta también en el marco de LP'09 la videoinstalación labOfilm/1.