Encuentro con Kris Verdonck, ilustrado con la instalación Dancer #1 e imágenes de otros de sus trabajos, en el que nos hablará de los planteamientos y conceptos de base de su obra, su interés en explorar la relación entre el hombre y la máquina en nuestro mundo altamente tecnológico. El creador belga se sitúa en una zona de tránsito entre las artes visuales y el teatro, entre la instalación y la acción, entre la danza y la arquitectura, lo que hace que sus obras sean difícilmente clasificables.
Según Verdonck, el hombre intenta alcanzar a través de la ciencia el reino de la perfección, de lo absolutamente controlado, lo infalible –¿y por tanto divino?–, pero esta carrera lo lleva a un alto grado de alienación, de miedo y de soledad, de Umheimlichkeit. En los trabajos teatrales de Kris Verdonck, los personajes son quasi-cyborgs, seres intermedios en transición entre el ser humano y el robot que sufren por no ser ni lo uno ni lo otro.
En Dancer # 1, instalación producida para el KunstenFESTIVALdesArts de Bruselas, un sencillo artefacto mecánico transfiere movimiento, hace bailar una barra de acero en forma de L. Debido al exceso de energía que recibe, el objeto comienza a desplegar un comportamiento descontrolado y quizás por eso más humano, parece adquirir alma; se convierte en un bailarín que baila hasta morir, o en una máquina que muere. Verdonk lanza una metáfora tan descarnada como eficaz, cargada de ironía: el bailarín como cuerpo máquina.
