Christoph De Boeck

Su trabajo está relacionado con instalaciones o performances en las que la energía acústica se expande sobre espacios y objetos. El significado de su trabajo se define tanto por esta distribución de energía como por la composición o el contenido sonoro en sí. La organización espacial vuelve el sonido táctil, incluso corpóreo, aunque siempre se mantiene un cuerpo espectral, como un fantasma. En los medios de producción contemporáneos el sonido suele ser la manifestación de un código readaptado. Para muchos de los proyectos de De Boeck, esta tensión entre sonido entendido como a datos y sonido como una onda física es una de las cuestiones principales.

Como miembro del colectivo deepblue, ha creado dramaturgias sonoras muy específicas para performances hechas en colaboración con los coreógrafos Heine R. Avdal y Yukiko Shinozaki. El concepto para Closer, performance en la que el público está dentro de una escenografía inmersiva, consigue un aislamiento auditivo de cada espectador individual gracias a unos auriculares inalámbricos. En los altavoces sólo suenan los componentes subgraves del diseño de sonido, lo que hace que uno se pueda sumergir en el ambiente poniéndose los auriculares. los sonidos que penetran en las cabeza de los oyentes son típicos. De Boeck transforma muestras grabadas o fragmentos sintéticos en microscópicos organismos sonoros. Con Yves De Mey/Eavesdropper convirtió la sala de conciertos del Concertgebouw de Brujas en una enorme caja de resonancia para la producción musical de Time Code Matter, liberando dinámicas sonoras en el patio de butacas vacío, estirándose como agujero negro a la espalda del público, sentado en el escenario.

El principio de resonancia se utiliza también en otros proyectos. Para una mesa de operaciones en la performance Crew de Eric Joris de Boeck diseña ondas de bajos que mediante interferencias generan una vibración que pasa de la cabeza a los pies. El 2007 crea un círculo de sábanas metálicas que envuelven el público y los músicos. La instalación reacciona con la presencia y proximidad de los visitantes. Para los conciertos de las noches de presentación, Audistore y Eavesdropper escriben una partitura para 12 planchas de acero.
Siguiendo en el mismo campo de espacialización, Christoph De Boeck también investiga la idea de una red sonora. En Some Notes Are de Heine Avdal, voces y sonidos se mueven desde la PA del teatro al intercom del edificio y a través de objetos y mobiliario. Las sillas bailan ondas sonoras, corban personalidad y conversan entre ellas. Para The Banquet, de Patricia Portela, diseña una red de audio entre las mesas de la cena que puede controlarse desde detrás de un gran piano. Es también responsable del diseño de sonido y la dramaturgia a las obras de Patricia Portela, como WasteBand y Flatland.